Spoilers Jueves, 25 junio 2015

Orange is the New Black: lo mejor y lo peor de la Tercera Temporada

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada

Esta entrada NO contiene spoilers (casi).

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Acabo de terminar de ver la tercera temporada y tengo sentimientos encontrados. No puedo decir que haya sido mala, pero sí que no superó las expectativas que dejó la segunda. Lo que más me ha gustado hasta ahora de Orange is the new black, sobre todo desde la temporada previa, fue su tendencia a la trama coral, en la que no había un personaje protagónico en torno al cual los demás sean personajes satélite.

El fuerte de la segunda temporada fue aprovechar la posibilidad de las historias paralelas a la de Piper, sobre todo la enemistad entre Red y Vee, que se convirtió en el eje, pero no dejó de involucrar a los demás personajes. Queda la impresión de que Piper Chapman solo ha sido el detonante de la historia y el pretexto para presentar los caracteres secundarios. En cuanto a la primera protagonista, sospecho que, luego de los hechos de esta temporada, veremos su lenta pero radical transformación. Por ahora solo especulo y espero que las alusiones a The Godfather o Breaking Bad no sean gratuitas o meros recursos cómicos. La trama de la niña bien que es lorneada en la cárcel funcionó en la primera temporada, pero a estas alturas ya es un tanto repetitiva. La gracia de odiar a Piper Chapman se va perdiendo, debe suceder algo más con ella.

Partiendo de esta afirmación, también creo que esta tercera temporada probablemente haya sido concebida como una temporada bisagra, aprovechando la popularidad de la primera y la segunda, luego de haberse asentado en el gusto de sus espectadores. Esta temporada se ha permitido un desarrollo más lento con el objetivo de preparar el terreno para las siguientes. La contemplación de cada personaje secundario puede servir a futuras tramas principales o paralelas. Esto ya había sucedido con el personaje de Red, que en la primera temporada había sido un elemento importante en el maltrato contra Piper. De esta forma nos presentaban su estatus y poder dentro de la prisión para que notemos mejor el contraste en la segunda, cuando aparece Vee, su antigua frenemy.

A veces me preguntaba hacia dónde estaba yendo esta temporada, ya que no se centraba específicamente en ninguna historia y los posibles conflictos importantes se resolvían rápido (el asunto de la administración de Litchfield, por ejemplo). En algunos comentarios leí que el enfrentamiento Pearson-Caputo se asemejaría a la batalla Red-Vee, pero se trata de personajes y relaciones distintas. Mientras las dos reclusas peleaban por el poder, Pearson y Caputo son dos tipos atrapados en sus condiciones de vida y trabajo que, más que pelear, intentan sobrevivir. El otro conflicto destacable, el de Gloria y Sophia, tal vez era más interesante pero fluyó muy despacio como para que constituyera la columna vertebral.

En general las tramas secundarias han sostenido esta tercera temporada, aunque se disolvían rápidamente, pero el recurso a los flashbacks sigue siendo eficiente (las mejores historias fueron la de Norma, la de Chang y la de Leanne). Han aprovechado además para seguir tocando temas controversiales como el aborto, la violencia de género, el racismo o la privatización de los centros penitenciarios dentro de una feroz lógica de mercado.

 

Lo mejor de la tercera temporada

A pesar de los tropiezos, creo que OITNB sigue manteniendo el nivel con personajes sólidos y diálogos agudos. Por ejemplo, ya se ha comentado bastante en redes la conversación entre Boo y Pensatucky sobre el libro Freakonomics y la relación entre la interrupción del embarazo y la disminución de la delincuencia.


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  • Dicho sea de paso la química entre Boo y Pensatucky es uno de los mayores aciertos de la serie.
  • La humanización del personaje de Pensatucky, otro acierto. Era muy divertida en el estereotipo de fanática white trash, pero a través de los flashbacks nos han mostrado un personaje más rico. Y de paso, qué bueno que aprovecharon para tocar el tema de la violencia de género (muy fuerte y triste el capítulo 10).
  • La vocación literaria de Crazy Eyes. Esta chica es otra casi caricatura, pero no deja de perder la ternura.
  • El culto por Norma. Aunque empezó bien, fue decayendo, sin embargo deja abierta la posibilidad de que Norma se revele más como un personaje fuerte.
  • Caputo y sus nuevos traumas. Cae bien a pesar de ser tan loser.
  • El nuevo liderazgo de Tastee. Ya era hora.
  • Los problemas de Sophia Burset. Ya era hora de que dejaran de ser tan políticamente correctos y trataran la situación real de una mujer trans en un ambiente tan conflictivo como la cárcel, además de sus problemas filiales.

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Lo peor de la tercera temporada

  • Ya lo dije antes, pero insisto: han perdido el tiempo en nueve capítulos. Eso es imperdonable.
  • Seguimos odiando a Piper, hagan algo con ella. Sí, ya vimos una pequeña gran evolución en su personaje, pero aún nada realmente relevante.
  • Hizo falta un personaje perverso como Vee.
  • Ruby Rose. Sí, lo siento, lesbianas. Su personaje no tiene mayor gracia. Laura Prepon rulea, más ahora que está acorralada. Dicho sea de paso: ¡SARITA COLONIA, PROTÉGELA!
  • ¿¿¿Dónde está Nicky???
  • El final. Salvo el cliffhanger de Alex Vause, el final no ha tenido nada de relevante, excepto el nuevo cambio en la prisión (otra vez). La escena en el lago se me hizo hasta cursi.

 

Sin embargo, ese final puede tener incluso algo de simbólico, como la calma antes de la tormenta. Esperemos que la cuarta temporada esté a la altura.

Regina Limo

Nerd feminista y lesbiana. Escribo guiones, narrativa y teatro. Leo como descosida y colecciono juguetes. También puedes leerme aquí Hueveo en Twitter como @reinadecapitada