Spoilers Jueves, 17 septiembre 2015

¿Eres adicto a las series de TV? Un libro peruano explica su calidad y su éxito desde el punto de vista académico

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Esta es la imagen más academica que pude conseguir con una serie de TV.

Con un poco de tardanza (fue presentado en la FIL), finalmente le eché mano a «Una ficción desbordada. Narrativa y teleseries«, escrito por el guionista Giancarlo Cappello, también profesor de la Universidad de Lima, que publica el libro.

Se trata de un texto nacido del trabajo académico. De hecho, si quieren leer lo que podría ser de alguna manera germen del libro, Capello ha publicado un paper en Academia.Edu titulado «La hipertelevisión y el nuevo drama televisivo«. Sin embargo, «Una ficción desbordada» emplea un acercamiento menos formal (en el libro, la introducción se llama «teaser», no hay capítulos sino «episodios» y en vez de conclusiones tiene una «temporada final»). Además, tiene unos códigos QR que enlazan con las referencias audiovisuales del libro (por ejemplo, una escena de Breaking Bad).

En cierta forma me recordó el trabajo de Henry Jenkins, alguien que no solo ha estudiado la interacción de los fans con los universos ficticios (y transmediáticos), sino que, y éste es el parecido, aborda académicamente sus estudios sobre las ficciones sin perder el feeling del fanático (y a quien tuve la suerte de conocer, uy sí, uy sí, en el Comic Con). Hay una acercamiento que, por encima, parece en frío, pero que trasluce una sana devoción por el objeto de estudio.

En la presentación del libro, Emilio Bustamante, también profesor de la de Lima, apuntó una observación que también hace Capello: ¿cuál es el verdadero «negocio» de producir series de «autor»?

El concepto de autor, como dice Giancarlo, es un concepto heredado de la política de autores del cine francés. Pero aquí el autor no es el director, como ocurría con la política de directores en el cine francés, sino que es el guionista, y es a la vista el productor ejecutivo de las teleseries. La calidad es rentable, lo cual explica también por qué estas teleseries se mantienen hasta hoy y siguen desarrollándose.

Giancarlo lo explica bien al sostener que las cosas funcionan más o menos así: una serie original exitosa constituye una identidad de marca para el canal que la produce, esto no solo permite generar distintos beneficios ligados a esta producción, sino que moviliza a los espectadores hacia el resto de la programación del canal, y de ese modo mejora los índices de audiencia. Hay múltiples formas de consumo que antes no existían para estas narraciones”.

Y para los que extrañen un poco más de sabor local en el análisis, me vuelvo a robar otra frase de la presentación, esta vez del mismo autor. Atención, canales peruanos:

Es verdad que la ficción televisiva que abordo en el libro es la que se refiere a los Estados Unidos, es verdad que las condiciones tecnológicas y de audiencia son muy distintas a las nuestras, pero creo que es importante detenerse en ellas y revisarlas porque, sin duda, es el referente primero al que tendremos que mirar cuando, en el 2020, nos toque el apagón analógico, cuando toda la televisión tenga que migrar al estándar digital.

En ese momento tendremos más canales a disposición, tendremos nuevas estrategias de negocio, y van a ser más importantes que nunca los contenidos. Entonces todo esto llama a que pensemos con más urgencia en cómo van a ser esos contenidos, cómo deberíamos empezar a imaginarlos para que al final no sigamos viendo más de lo mismo, solo que en full HD.

¿Para el 2020 ya habremos tenido nuestro propio Game of Thrones? Vale la pena soñar.